domingo, 21 de diciembre de 2014

Me


De aquellos barros, estos lodos.

Ayer empecé la noche en un cumpleaños al que ni siquiera debí haber sido invitado. La idea era llevar bebida, así que me planté allí ante un montón de desconocidos con mi botella de ron, en plan Long John Silver, e hice la única cosa digna que podía hacer ante un montón de personas con conversaciones ajenas a mi.

Beber.

Terminó el cumpleaños y me las ingenié para escapar sin ser visto (la bomba de humo es mi especialidad) y dejarme caer por otra fiesta, la de un amigo que llegaba de una barra libre.

A lo tonto empezó a juntarse gente mientras vagábamos de bar en bar. No sé qué celebraba la gente, pero me llovían cervezas gratis de todos los lados. En cierto momento tuve hasta dos a la vez. Sin embargo, el mayor descubrimiento fue uno de los compañeros de equipo de mi amigo. Cada cosa que salía de su boca daba como resultado un descojono general; como cuando apareció un tal "Guindi", específicamente, el "Guindi" de un pueblo de la zona (porque se conoce que hay varios y se reparten por territorios), a la puerta del bar en el que estábamos, y cuando salió el dueño a echarle la bronca (yo que sé por qué), el colega de mi colega empezó a andar de lado, como los cangrejos de mar, cantando "yo me voy por mi izquierda, yo me voy por mi izquierda..."

Y luego apareció una canción que he buscado hoy por puro acto reflejo, ya que de lo pegadiza que era se ha abierto paso tras los nubarrones de mi señora resaca, y que ahora puedo identificar como Ella (tu piel morena) de Viceversa. Os recomiendo buscarla porque no tiene desperdicio.

Pero la elegida de hoy, a las puertas de mi entrada 200, va a ser este tema del Forever de Perkele, porque más o menos me hace pensar que no me equivoqué ayer (ni tantas otras veces) haciendo un desvío en la ruta para tomar algo con un amigo, lo cual siempre viene bien.

Feliz resaca.

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