martes, 16 de febrero de 2016

Frances Farmer Will Have Her Revenge on Seattle


Hace un montón de años, había en mi barrio un señor mayor, don Paco, que odiaba que lo llamasen así.

Don Paco, no señor mayor, aunque a lo mejor en sus oídos sonaba igual.

El caso es que un día, un amigo mío no tan mayor como hoy se cruzó con él por la calle y, como tantas y tantas veces, saludó “buenos días, don Paco”, a lo que el carcamal, sin cortarse un pelo, respondió con un bastonazo dirigido a la sien de mi colega, que apenas lo hubo esquivado tuvo que dar un salto, porque el mismo bastón volaba esta vez hacia sus tibias.

Dejando a un lado los días en los que un anciano podía ir por la calle agrediendo niños ajenos con total impunidad, supongo que su ira se debía a ese gesto de deferencia como algo propio de la edad, un recordatorio de que ya no era un niño de los que hacían enloquecer a los viejos chochos del barrio en los tiempos en los que todo era campo.

A nadie le gusta sentir que sus días han pasado, da igual que ahora tengas la edad que tengas tienes más esperanza de vida que un recién nacido de hace doscientos años, porque el cerebro te pide que vivas lo que sea mientras que la naturaleza trata de suprimir tu anormal longevidad.

Así que haz como don Paco (que a día de hoy ya estará muerto) y aprovecha cada minuto, negándote a consumirte del todo... pero no pegues a los niños si algún día te recuerdan lo que eres.

In memoriam:

sábado, 6 de febrero de 2016

Mantener la forma


A veces me siento como un deportista sin disciplina, el típico atleta con tendencia a la dispersión, que cuando se centra consigue éxitos que llevan a la prensa a anunciar su resurrección. 

No sé cuántas veces habré anunciado mi regreso al blog desde que lo creé. Soy mi éxito, mi dispersión, mi prensa y a veces hasta mis palmeros; así que normal estar un poco loco con tanta gente dentro.

Pero es un error. No puedo anunciar mi regreso si nunca he llegado a irme.

Porque, aunque lleve una temporada sin publicar, sigo estando aquí. 

No obstante, me explicaré: hace tiempo comenté que estaba embarcado en otro proyecto que se estaba comiendo mi tiempo. Pues bien, ese proyecto está muy cerca de materializarse, y en las sucesivas semanas iré desvelando novedades.

De momento, os dejo con la que para mí es la mejor balada del metal nacional, y un símbolo de mi presencia entre bambalinas, pues como dijo el Barón, “siempre estás allí".