Cuando salió el "Led Zeppelin III", ya sabéis de qué grupo, la crítica se cebó. Se trataba de un disco con dos partes, en el que la primera estaba compuesta por temas de su estilo habitual, y la segunda por canciones más melódicas y folk, lo cual les acercaba un paso más a la frontera que les separaba del heavy metal.
Los críticos, entre ellos los de la revista "Rolling Stone", pusieron el disco a parir, criticando con saña su giro acústico, e incluso llegando a catalogarlo de "ruido sin sentido".
Cuando, con el tiempo, "Led Zeppelin III" se convirtió en uno de los discos más valorados por parte del público, la crítica fue cambiando de opinión, y las palabras "ruido sin sentido" acabaron sustituidas por "uno de sus mejores trabajos".
Es más, la propia "Rolling Stone" retiró todas las críticas negativas que se habían publicado en la revista sobre dicho álbum, y no dudaron en subirse al carro de uno de los grupos que hoy en día se consideran leyenda.
Este es solo uno de los ejemplos de una ley no escrita que se ha ido haciendo más fuerte según pasaba el tiempo: no te tomes demasiado en serio a la crítica. Si quieres ver una película, leer un libro, ir a un restaurante o escuchar un disco, no hay nada de malo en informarse, pero no dejes que las opiniones de los demás te impidan utilizar tu propio criterio. Ya sabes lo que se dice: cada persona es un mundo.