lunes, 25 de noviembre de 2013
Día internacional de la eliminación de la violencia contra la mujer
miércoles, 3 de julio de 2013
Disco fever
A veces redescubro cosas.
Parece una tontería, y en el fondo puede que lo sea, pero me fascina pensar que he vuelto a apasionarme por algo que casi había olvidado que tenía.
Ayer, por ejemplo, llegué a casa después de un examen y pasé de poner la tele. En lugar de eso, puse un disco. Nunca he dejado de escuchar música, pero últimamente me conformaba con ponerme los cascos mientras iba de un lado a otro pensando en el sueño que tenía, o en lo que me quedaba por estudiar. La cuestión es que hace casi un par de meses que no me tomo un descanso para ponerme un disco y escucharlo sin hacer nada más, hasta ayer.
Para cuando acabaron las voces de la intro cantando "Take me back to dear old Blighty" y llegaron los primeros golpes de batería de "The queen is dead", yo ya estaba tumbado en la cama, con la vista fija en el techo y concentrado únicamente en escuchar a los Smiths. A mediados de "Some girls are bigger than others" yo ya estaba pensando en poner el "Master of Reality" de Black Sabbath.
Cuando acabó el segundo disco, ya era la hora de comer, y a mí se me ocurrió que nada acompañaría mejor a la comida que el "Led Zeppelin IV". Y nada más acabar con la pila de cacharros me dije que nada mejor que una relajante siesta al son de Billie Holiday. No llegué a dormirme. Solo dejé que acabara el disco y quise escuchar algo más animado, como el "Outlandos d'Amour" de los Police. Luego recordé algo que había leído un par de días atrás, y quise escuchar "Live and direct" de Aswad.
Volví a tener hambre al desaparecer el sol, así que me puse a cenar, momento que aproveché para pensar que el "Dookie" de Green Day no estaba tan mal. Para cuando las primeras notas del "Z" de My Morning Jacket empezaron a sonar, se me empezaron a cerrar los ojos, aunque pude aguantar despierto hasta que acabó "Into the Woods".
La verdad es que ayer no hice gran cosa, pero me niego a pensar que desaproveché el día. Simplemente, lo dediqué a reencontrarme con unos viejos amigos después de una racha muy atareada.
Volveremos a vernos pronto.
lunes, 20 de mayo de 2013
Sobre los vampiros...
A veces conoces a una persona que parece especial. No. Parece mejor que el resto de gente con quien te hayas encontrado en tu vida.
Y te vacías.
Cuando estás con esa persona eres todo expectativas, aunque no sabes qué es exactamente lo que quieres recibir. Eres feliz. Pierdes la noción del tiempo. Pero cuando dejáis de estar juntos, te das cuenta de que no puedes más.
A veces conoces a una persona que se alimenta de tu energía. Absorbe todo lo positivo que hay en ti y solo deja... tristeza. Una absoluta tristeza.
Entonces empiezas a asociar ideas, y llegas a la conclusión de que dependes de su compañía para sentirte bien. Piensas que la razón por la que no lo estás es porque se va. No prestas atención a nadie que no sea esa persona, y no puedes concentrarte en nada más. Es como si te engancharas a una droga.
A veces conoces a un vampiro emocional, que como es incapaz de buscar sus propias razones para ser feliz, tiene que apropiarse de las tuyas. Pero es culpa tuya. Eres tú quien, en lo más profundo de tu mente, piensa que puede rescatar a esa persona, que puede respirar por los dos. Puede que ni siquiera robe tu energía conscientemente, pero tú sí eres capaz de notar que la has perdido. Tú eres el único culpable al que debes mirar. Tú eres el único responsable de tus adicciones.
Me das asco.