lunes, 8 de diciembre de 2014

La flama


Hace un rato me he acordado de aquel capítulo de Los Simpson en el que Homer, creyendo que es sábado, se dedica a vaguear en el sofá hasta que Marge le recuerda que no es sábado, sino miércoles, y le toca ir corriendo a la central nuclear. Luego, vuelve a aparecer descansando, y regocijándose en el placer de un verdadero sábado al mismo tiempo que maldice esos miércoles-sábado como el que casi le cuesta el empleo.

Hoy no es un miércoles-sábado, pero sí un lunes-domingo, y ambos son días de mierda por lo que conllevan per se, así que el malestar psicológico que causan se une a la rareza de pasar un lunes "a la fresca", tratando de ignorar una frase subconsciente que no para repetirse.

Deberías estar preocupándote por algo.

La confusión también es un motor de funcionamiento humano. Hacemos cosas raras para no sentirnos fuera de lugar, al igual que las hacemos precisamente por ello. Es como terminar un puzzle y ver que falta una pieza, como ver una peli en el ordenador y que el cursor no se haga invisible.

Es extraño.

Mucho.

De cojones.

Así que nos dejamos llevar por la confusión, con un estúpido sentido arácnido zumbándonos en el oído sin que ningún peligro real se manifieste, sin garantía de recuperación de las horas que pasan muertas y alejan algo que no conseguimos identificar.

Y un chute de energía para despedir-comenzar la semana y quitarse de la cabeza estas mierdas será La flama, canción que da nombre y abre el disco de 2004 de Obrint Pas.

Felices dudas.

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