jueves, 31 de marzo de 2011

Una dura y tediosa jornada


“Mercaderes y charlatanes se hicieron con el control de Europa, llamando a su insidioso evangelio “La Ilustración”. El día de la plaga estaba próximo; pero de las cenizas de la humanidad no surgió ningún fénix. El campesino humilde y piadoso, Pedro Labrador, se fue a la ciudad a vender a sus hijos a los señores del Nuevo Sistema para empresas que podemos calificar, en el mejor de los casos, de dudosas. (Ver Reilly, Ignatius, J. Sangre en sus manos: El gran crimen, un estudio de ciertos abusos que se cometieron en la Europa del siglo XVI, monografía, dos páginas, 1950, sección de libros raros, pasillo izquierdo, tercer piso, Biblioteca en Memoria de Howard Tilton, Universidad de Tulane, Nueva Orleans 18, Lousiana.) (Nota: Envié esta monografía singular a la Biblioteca como un regalo. Sin embargo, no estoy totalmente seguro de que la hayan aceptado. Muy bien pudieron tirarla a la papelera, porque estaba escrita a lápiz en una hoja de cuaderno.) El giroscopio se había ampliado. La Gran Cadena del Sur se había roto como si fuera una serie de clips unidos por algún pobre imbécil; el nuevo destino de Pedro Labrador sería muerte, destrucción, anarquía, progreso, ambición y superación. Iba a ser un destino malévolo: ahora se enfrentaba a la perversión de tener que IR A TRABAJAR.”

Ignatius Reilly, “La Conjura de los Necios”.
John Kennedy Toole.

2 comentarios:

  1. Pedazo de libro...quien no lo haya leído aún, ya tarda.
    Ignatius for President!

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  2. Yo suelo pensar en Ignatius. Lo que él haría en este mundo. Cuando él apareció el mundo empezaba a cambiar para convertirse en lo que ahora tenemos delante. Yo creo que él no se imaginaba que la conjura iba a ser tan bestia.

    Un saludo y felicidades.

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