sábado, 8 de noviembre de 2014

Liam Gallagher delante del micro


¿Lo habéis visto? Se coloca como para ponerse en cuclillas, echa la panza hacia delante, se cruza de brazos detrás y levanta la cabeza en busca del micro como si fuese un suricato herido.

A lo mejor por eso tiene tanta mala hostia. Seguro que tiene la espalda hecha un cristo después de tanto tiempo haciendo la pose.

Pero el tema lleva implícita otra lectura: Liam Gallagher hace difícil algo que es tan sencillo como ponerse de pie delante de un micrófono. Por extraño que parezca, esto (al menos en su momento) daba como resultado que hacía fácil algo tan difícil como ponerse delante de un micro y cantar bien, lo que daría lugar a esa frase endosada a Maquiavelo sobre que el fin justifica los medios (para los poco avispados, la cita es "el fin justifica los medios").

Pero yo creo que es simple suerte. A veces optas por una carambola de normas que dificultan algo aparentemente sencillo y das con la tecla que querías pulsar, pero eso no significa nada. Además, no hay mucha honestidad en ello. Una persona incapaz de reunir el aplomo necesario para dirigirle a otra la palabra cuando están cara a cara no puede pretender en la distancia ser su supercolega (del infierno), y ahí no hay doble check azul que valga para echarle la culpa. Un estudiante que no es capaz de estudiar más de cinco minutos seguidos no puede pretender sacar matrícula de honor tras matrícula de honor. Y un músico no puede pretender llenar estadios sin saber ni lo que es un acorde.

Y aunque haya quien sí pueda, al final no dura mucho.

De todas formas no fue el caso de Oasis, aunque para mostrar lo que quería decir al principio del todo, aquí dejo este Supersonic, interpretado en su directo en Wembley del año 2000.

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