miércoles, 22 de octubre de 2014

Cinco canciones perturbadoras


¿Otra lista? Pues sí.

-Needle in the hay, de Elliott Smith. Descubrí esta canción hace años gracias a una película de Wes Anderson (The Royal Tenenbaums), contribuyendo a ilustrar el intento de suicidio de uno de sus personajes con su ritmo irregular y su cadencia melancólica. No deja de ser irónico que en 2003, tan solo dos años después del estreno de esa película, Elliott Smith se suicidase, clavándose en el pecho un cuchillo tras una pelea con su novia.

-Un día en Texas, de Parálisis Permanente. Este grupo es uno de los pocos de su tiempo que realmente parecían encaminados a aportar algo nuevo al panorama musical, divagando desde el punk de la movida madrileña (digo yo que porque de alguna forma había que llamarlo) hacia una corriente más oscura, ennegreciendo su aura y destilándola en cada una de las pocas canciones que lograron grabar, como esta misma, que de hecho está basada en La matanza de Texas. 
El 14 de Mayo de 1983, de camino a un concierto, su coche se sale de la carretera, acabando con la vida de su frontman, Eduardo Benavente, con tan solo veinte años.

-Helter Skelter, de los Beatles. Recuerdo un sketch de un programa de humor en el que se parodiaba una entrevista a John Lennon. En dicha entrevista, el entrevistador comentaba "dicen que si se escuchan algunos discos de los Beatles al revés, se escuchan mensajes santánicos", y el imitador del músico respondía "¿al revés? ¿Quién coño los pone al revés? Pero si nosotros hacíamos los discos para que los escuchasen al derecho". En su momento me pareció una muestra perfecta de la tontería a la que parece llegar algunas veces la búsqueda de significados ocultos en algunas cosas. En fin...
Para algunos esta canción es una de las que inspiraron la aparición del heavy metal por su tono más agresivo, pero Charles Manson no debió de fijarse en eso. De hecho, no sé qué coño pudo ver en ella, porque el 8 de Agosto de 1969, y según él inspirado por esta canción, se coló con La Familia en casa de Shanon Tate para asesinar brutalmente tanto a la que fuera mujer de Polanski como a los acompañantes de ella.

-Rehab, de Amy Winehouse. Es curioso que una de las líneas de esta canción exprese una negativa a hacer rehabilitación. Este gran éxito comercial hizo que de un día para otro estuviésemos hablando de Amy Winehouse a todas horas. La talentosa cantante se plantó en el panorama como si llevase luces de neón en aquel pedazo de moño. Sin embargo, la fama no le sentó muy bien. Una serie de adicciones fueron deteriorando su aspecto físico y su salud, y al mismo tiempo convirtiéndola en carne de prensa amarilla y parodias. Curiosamente, los mismos que la ponían a parir o se reían de ella se subieron al carro de los elogios tras su muerte el 23 de Julio de 2011. Es más, tras el fallecimiento se produjo un auténtico repunte de atención y éxito comercial. Muchos de los antaño hostigadores llegaban incluso a ubicarla en el célebre club de los 27. Algunas ascuas han quedado de aquellas llamas, pero tal vez Amy Winehouse responda a un cliché de músico utilizado como producto, despersonalizado, con sentimientos que a nadie interesan y que son utilizados por el gran público a su muerte para luego caer en un discreto segundo plano que no se les concedió en sus horas más bajas.

-The Nobodies, de Marilyn Manson. Cierro con esta porque tiene algo que las cuatro anteriores no poseían. Puede que sea fruto de la casualidad (salvo que queramos ponernos místicos o proféticos) que el compositor de una canción triste se suicide, que un accidente trunque una carrera o que otra canción acabe inspirando los crímenes de un loco, dando lugar a esos temas que podríamos llegar a llamar "malditos" si usamos un poco la imaginación; pero esta canción de Marilyn Manson no fue compuesta antes de una tragedia, sino después, y de hecho inspirada directamente en ella. Con un marcado cambio dinámico entre las pausadas y susurrantes estrofas y un potente estribillo, The Nobodies no solo relata de una manera particularmente fría la imagen percibida por el mundo de Eric Harris y Dylan Klebold, los dos chicos que el 20 de Abril de 1999 decidieron hacer una visita a sus compañeros en el instituto Columbine cargados de armas, sino que pone de manifiesto la búsqueda de morbo por parte de la prensa tras la masacre. Y eso es, quizás, lo más perturbador.

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