domingo, 24 de mayo de 2015

Enemigos vs Objetivos


Reconozco que ha sido una semana larga.

Empezará una época en la que no podré actualizar con la misma frecuencia-intensidad, así que puede que tome la medida de la anterior época de exámenes, pero en todo caso seguiré pululando por aquí.

¿Cómo resumir los últimos siete días?

Hay veces que todas las caras que te rodean parecen una amenaza, miras a cada rincón con desconfianza y no hay nadie que te inspire un poco de seguridad. Te levantas dolorido, tratando de poner en marcha tus articulaciones magulladas, restregándote los ojos enrojecidos y buscando por tu cuenta un poco de agua que calme las heridas, las que se ven y las que no. Eres el rey de un castillo vacío, el personaje más manido de una novela de Paul Auster.

Hay veces que todo parece pasar por algo. Miras adelante porque no hay otra dirección posible. Haces tus cálculos, barajas tus opciones y te mueves hacia un lugar concreto, que no tiene por qué ser el correcto, pero da igual porque es el más luminoso al final del camino, porque no tienes ni idea de qué otro rumbo podrías tomar. Eres el dueño de tu propio cuerpo, el esperanzado mensaje encarnado en un largo vistazo al horizonte al estilo de Francis Scott Fitzgerald.

La frontera entre "todo" y "nada" es un simple surco en la arena.

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