jueves, 27 de octubre de 2016

Pienso en ti otra vez


Pienso en ti mientras el mundo se vuelve cenizas.

Mientras todo se consume carente de prisa, golpes de estado al servicio de grandes compañías, maquillados o tapados por la prensa que se pudre. Y me preocupo, nuestras vidas se deshacen, las cosas siguen como antes. Vidas carentes de emoción, ya no arreglamos el planeta dentro de mi habitación.

Y por eso pienso en ti, en tu imagen, cristales de un caleidoscopio fraccionando mil detalles, en la cara de tu padre cuando me llevaba a casa, en tus bragas, o en las miradas sin decirnos nada. Me acuerdo de las noches alargadas sin motivo, de besos en Navidades, de canciones de Fito, de las cartas, de deshacerme en palabras dentro de cada folio como el insecto de Kafka.

Queríamos volar y cortarnos las alas, creíamos que no encontraríamos quien nos parara, ni nos separara, mirábamos el panorama como William de Bakersville desmontando coartadas. Pero el tiempo pasa, ya nada es como era antes, cuando pensamos en luchar contra el sistema imperante. Yo adolescente imberbe, tú chica ilusionada, leíamos a Orwell, a Marx y dábamos por comenzada nuestra revolución de colegio de frailes, gemir en unos baños, contar tus lunares... Tiempo de locos, ahora el PSOE se suicida, antes jurabamos que Bush era el peor genocida.

Bendita inocencia. El sexo con prisas, los besos en el cuello y las respuestas agresivas hacia el mundo, nos volvimos un cliché, buscando nuestro lugar, Centauros en el desierto o peli mala rollo American Pie.

Recuerdo ponerme enfermo pensando en tu ex, y tus celos que de vez en cuando aparecían otra vez. El miedo, el pensar que te desharías con solo mirarte, elevar tus ojos a la categoría de arte y de repente ya no querer verte más, fumar y mirar por la ventana como Jack Lemmon hacia un bar. Borrachos y decadentes, como Baudelaire, nuestros días pasaron y el mundo sigue a punto de perecer, la realidad siempre es peor que la peli que acabamos de ver, Holden Cauldfield siempre se asustó antes de otro amanecer.

Por eso pienso en ti mientras la tarde se consume, mientras las cenizas espesan el aire y hay quien no lo asume, somos reflejos, transeuntes de una vida que pasa, cuando los años cruzan la puerta el primer amor se va por la ventana por la que miro, nostálgico del ayer, mientras el sol se pone y me pregunto qué es lo que no hice bien, pero ya da igual, luchábamos contra fantasmas, falsas apariencias, plástico made in Hollywood con el que nos aplacan.

Conciencias huecas, almas sumisas, explican mis recuerdos y aclaran mi vista. Por eso pienso en ti, cada vez menos que ayer, por eso lucho y pienso en el niño que fui una vez.

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