martes, 4 de marzo de 2014

Cuando el reggae era reggae


Mi relación con el reggae se remonta a mi más tierna infancia, pero de un modo peculiar. Yo, un "yo" de unos cuatro años, corriendo por el salón mientras mi madre y mi tía hablan en la cocina. Han pedido pizza, y va a ser la primera vez en mi vida que la pruebe. Pero eso ahora no importa, ya ves tú. La cuestión es que mientras esperan han puesto música, y entonces soy demasiado pequeño como para distinguir entre lo que está sonando y la canción del Colacao, pero aunque en ese momento no lo sé, hay un sonido grave y aterciopelado, soltando un patrón de notas y dejándose querer por una batería tocada muy suave, casi con miedo a romperse. Un bajo.

Un puto bajo.

Si diese un salto desde entonces hasta los dieciséis años, es posible que me encontrase a mí mismo en casa de un amigo, preguntándole qué coño es lo que sale de sus altavoces. Por un lado una base de sampler. Por el otro un rapero con anginas rimando en spanglish. Mi amigo me mira, sonríe con el típico rictus beatífico del que piensa que eres idiota y, como si explicase que dos y dos son cuatro, contesta:

—Es reggae, tío.

Sinceramente, creo que el problema aquí es andar etiquetando géneros a lo loco. El rap en sus orígenes tiene que ver con el reggae, y los estilos sucesivos que vuelven al reggae también tienen que ver con el rap, pero llamar como un género antiguo a un género nuevo es hacer un flaco favor a ambos, teniendo en cuenta que tal vez hables con alguien de reggae y tú estés pensando en Toots y los Maytals (quienes por cierto eran el grupo que sonaba en la cocina mientras esperábamos la pizza) mientras quien tienes enfrente se refiere a Swan Fyahbwoy.

 La música evoluciona, surgen cosas nuevas. El tipo que anda poniendo etiquetas a todo lo que suena está condenado a convertirse él mismo en una, igual que el típico gordito asustado por el cambio que vota al partido republicano en EE.UU., o el más típico todavía señor mayor que dice que todo lo que había antes frente a su casa era campo y solo campo.

Termino con Under Me Sleng Teng, una de las pioneras, además del reggae no instrumental, de la propia historia que os cuento. Disfrutad:




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