miércoles, 12 de noviembre de 2014

Baby please don't go


¿Habéis oído eso de que las mejores noches son las que no planeas? Bueno, hay quien podría estar en desacuerdo. Se puede planear realmente bien, pero sí es cierto que muchas veces las expectativas, demasiado ceñidas a ideas concretas, se van por la borda ante la menor variación.

Sin embargo, todos conocemos esa sensación resacosa pero alegre de haber quedado la tarde anterior "para tomar una y ya" que se acabó complicando, casi como si anunciar de antemano la pretensión de establecer fronteras fuese una maldición (o bendición) por sí misma.

El 22 de Noviembre de 1981, a los asistentes al Checkerboard Lounge de Chicago probablemente les pasó por la cabeza algo parecido.

Los Rolling Stones, en medio de una gira por America (¿la anunciarían como la de despedida ya?), caen en Chicago y aprovechan la visita para dejarse caer por el local de Buddy Guy y ver en directo a Muddy Waters. El legendario bluesman, al ver a Jagger, Richards y Wood entre el público, prácticamente interrumpe su Baby please don't go para hacer que ellos (junto a Ian Stewart, ya fallecido teclista del grupo), suban con él para dar un épico concierto para todos los presentes.

Y antes de irme a empezar un día que no tiene pinta de ser muy parecido a esto, os dejo el momento clave.

Besis.

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