Y además por partida doble.
En primer lugar un gran amigo que nunca lee mi blog, así que ni se va a enterar. Cada vez que llega un día de estos me doy cuenta de lo viejos que nos vamos a hacer, aunque tú vayas en cabeza. Pero también se me ocurre que no nos haremos mucho más viejos si seguimos privando tanto... o qué coño, todavía somos jóvenes (tú ya no tanto).
En segundo lugar la enemiga del patriarcado, la que tiene su cafetal y tú ya no tienes nada, la chica con las articulaciones hechas puré de patata, la que vive en nuestra facultad aunque sea de otra, pero viene y nos canta canciones para alegrarnos el día (o no, según entone) porque sí, porque ella es así.
Y ya sabéis mi querencia por los seudónimos, así que... Feliz cumpleaños a Erich Honecker (no era músico, pero bueno...) y Bob Dylan de joven (aunque con más pelo).
Os deseo lo mejor con este himno inmortal de los cumpleaños:
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