El tema. El tema es lo que me mata.
Necesité un día tan anodino como un martes (y encima uno lluvioso y de otoño) para echar la vista atrás y darme cuenta de todo el tiempo que he dedicado a documentar resacas en el blog de montones de maneras distintas, y preguntarme si solo soy capaz de sentarme delante del ordenador para abrir una entrada cuando estoy hecho polvo por la noche anterior.
Hoy no va a ser el caso.
De hecho, elijo una canción de 1977, año del que podría sacar otra que me mantuviese en mis trece, como cualquiera del Never mind the bollocks... solo por poner un ejemplo, para prometerme a mi mismo que algo va a cambiar, que me voy a esforzar más, que no habrá tantas entradas en las que me ponga a escribir para no sentirme como un pez zarandeado dentro de una bolsa. Sin excusas. Como dijo Bowie, podemos ser héroes...
Pero esta noche salgo fijo.
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