A ver, vayamos por partes.
Lo primero, ahora entro en época de exámenes, así que no sé si voy a poder seguir el ritmo que he llevado estos últimos meses. O, para compensar, a lo mejor empiezo a postear todos los días (después de un par de entradas que tengo programadas) pero con un contenido básicamente de puta mierda.
Pero así es la vida, ¿no?
Lo segundo, que tenía pensado ponerme con una lista de conciertos interesantes que va a haber a lo largo de este 2015, que son unos cuantos, pero me ha dado una pereza monstruosa, porque en breves me voy a tener que pelear con (entre muchos otros) Walter Benjamin, Hipódamo de Mileto, la Carta de Atenas, y un tal Baudelaire que me han dicho que va como una cuba todo el rato, aunque del dicho al hecho... Bueno, el caso es que la siguiente entrada (lo prometo por el Niño Jesús) va a versar sobre el buen puñado de conciertos que va a haber no tardando mucho.
Lo tercero, este pepinazo de canción es del disco homónimo de Red Fang (Red Fang, claro), y le quita hasta al más pintado la desidia de la vuelta a la faena después de las vacaciones. Es más, yo no tengo ganas de hacer nada más que lo que pasa en el videoclip, y así hasta el lunes.
Y lo cuarto, y más importante, que dedico esta entrada a mi gran amiga "Jello Biafra", ya sabe por qué...
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