Buenas, hoy voy a explicar un ejemplo clave sobre por qué
la filosofía es sexy.
El materialismo dialéctico es una corriente de
pensamiento fundamental para entender la aparición de cualquier posicionamiento
político antifascista, especialmente el marxismo. Sin embargo, es un concepto
complejo, porque la filosofía es así, esa clase de persona con un puntito
rebelde que crees que puedes desentrañar, pero en el fondo es fácil porque solo
era cuestión de amor, amor del bueno, del de las baladas de los Scorpions.
Vamos allá.
Marx y Engels aplicaron una base filosófica para
desarrollar el marxismo que sintetizaba dos corrientes previas:
En primer lugar, el materialismo: Desde que Sócrates hizo
aparición en la filosofía, surgió una frontera entre el mundo material y el
mundo de las ideas. Platón, cuyos planteamientos sentaron las bases de la
Antigüedad Clásica y la Edad Moderna, hablaba de la materia como una
representación no participativa del mundo de las ideas (es como verse en un
espejo. El reflejo es una representación tuya, pero no participa de ti, no
tiene tu carne ni tu sangre, solo es una imagen).
El llamado mundo de lo inteligible es más perfecto a
medida que las ideas son más elevadas, partiendo de las cotidianas (mesa, silla…)
hasta llegar a la idea de Bien (sustituida en el cristianismo por Dios). Los
neoplatónicos, más adelante, empezaron a hablar de una participación existente
entre este mundo y el llamado mundo de lo sensible, pero manteniendo la
frontera entre ambos.
Por otro lado, Aristóteles, que fue discípulo de Platón,
realizó una crítica a su filosofía, basada en la unión indisoluble entre la
materia (lo físico) y la forma (la idea).
Esta es la historia de unas corrientes filosóficas que se
van ramificando cada vez más. El pensamiento materialista en la filosofía se
basa directamente en la materia, lo físico, como lugar del que emanan las
ideas. Es, por resumirlo mucho, una forma de decir que lo que conocemos se basa
directamente en lo que existe a nivel material.
En segundo lugar, el idealismo dialéctico: Esta corriente
de Hegel a la que responden Marx y Engels mediante una crítica, aporta una
faceta que será indispensable para entender el marxismo.
El idealismo, por supuesto, responde a la existencia de
un mundo de lo inteligible, en el que se encuentra la única verdad absoluta, y
del que emana una representación en el mundo de lo sensible. La dialéctica es
una concepción filosófica basada en su significado original (diálogo,
conversación), dado que es una representación de dos argumentos confrontados u
opuestos para llegar a una conclusión.
Descartes, por ejemplo, utilizó una contraposición de
ideas para llegar a su conclusión “pienso, luego existo”. ¿Cómo lo hizo?
Enfrentando la idea “tengo dudas sobre la realidad y sobre si esta se puede
llegar a conocer” con la idea “hay algo sobre lo que existe una certeza
absoluta”. De este modo llegó a la conclusión de que su capacidad de pensar, de
la que no existía ninguna duda, era la condición que confirmaba su existencia
como realidad absoluta (aunque luego desarrolló muchísimo más esta teoría, a
través de puntos que complementaban su “cogito ergo sum”).
Y al fin llegamos al crossover definitivo.
El materialismo dialéctico: Marx y Engels establecieron
un pensamiento materialista, enunciando que todo lo que se conoce emana de la
realidad material. Y, a partir de su posición crítica ante la filosofía de
Hegel, incluyeron la dialéctica: Existe un diálogo entre lo material y las
ideas. ¿Cómo se daba este diálogo? Mediante la fórmula TESIS – ANTÍTESIS =
SÍNTESIS.
Gracias al desarrollo de esta corriente de pensamiento
pudieron examinar la realidad de lo sensible, es decir, el mundo físico que les
rodeaba; y mediante la contraposición de una serie de elementos que lo
componían (clases oprimidas y clases opresoras, relaciones de producción,
relaciones y dinámicas sociales…) sintetizar el marxismo.
¿Sexy, verdad?